No pises estos 6 sitios turísticos de Ibiza en el verano

Sitios turísticos de Ibiza hay muchos, y probablemente ya hayas oído hablar de todos: playas famosas, mercados llenos de gente, clubs con colas interminables y miradores abarrotados.

Pero si estás planeando venir en verano y buscas algo más relajado, auténtico y cómodo, hay lugares que es mejor evitar.

No se trata de que sean “malos”. De hecho, son justamente tan conocidos porque alguna vez ofrecieron algo especial.

El problema es lo que pasa en temporada alta: multitudes, precios inflados, servicio apresurado y esa sensación de estar en una trampa para turistas.

Si viajas en pareja, con amigos o en familia, y te interesa disfrutar de la verdadera Ibiza; la que se respira en sus calas escondidas, en sus restaurantes con alma y en los atardeceres tranquilos; esta lista te va a ahorrar tiempo, frustraciones y alguna que otra decepción.

Aquí te cuento qué 6 sitios turísticos de Ibiza deberías evitar en verano, particularmente en Julio y Agosto… y por qué. Y, por supuesto, qué alternativas sí valen la pena.

1) Cala Comte después de las 5 de la tarde

Sí, es una de las playas más bonitas de la isla. Aguas turquesa, formaciones rocosas y vistas al atardecer que parecen de postal.

El problema es que a las cinco de la tarde en pleno agosto, Cala Comte se convierte en una procesión de sombrillas, selfies, altavoces portátiles y arena caliente, sin un solo hueco libre.

Como pasa con varios sitios turísticos de Ibiza, lo que en temporada baja es un lugar mágico, en verano puede ser una experiencia agobiante.

Encontrar dónde dejar el coche es un reto, las playas están repletas y el famoso Sunset Ashram, por más buena vibra que tenga, no da abasto para todos.

¿La alternativa?

Ir muy temprano en la mañana, o mucho mejor, cambiar de cala. Hay otras con vistas similares y menos gente, como Cala Llentia o Punta Galera. No salen en todos los mapas, pero esa es justamente la idea.

2) El mercadillo de Las Dalias un sábado por la tarde

sitios turisticos de ibiza

El ambiente bohemio, los puestos de artesanía, la música en vivo... todo suena muy bien, y lo es, pero no en pleno verano y mucho menos el sábado por la tarde.

Si llegas con ganas de pasear con calma, mirar ropa o comprar algo auténtico, probablemente acabes esquivando empujones y sudando más de la cuenta.

Como otros sitios turísticos de Ibiza que ganaron fama por su encanto, Las Dalias se ha convertido en una parada casi obligatoria. Y cuando algo se vuelve “imperdible”, también se vuelve difícil de disfrutar.

En julio o agosto, el mercadillo puede sentirse más como un centro comercial en rebajas que como el rincón alternativo y relajado que muchos esperan.

Te lo digo porque yo también caí en la trampa. La primera vez fui con ilusión, pensando en encontrar piezas únicas y buen ambiente, pero me fui agotada, sin haber comprado nada y con la sensación de haber perdido una tarde entera.

¿Mi sugerencia?

Si te hace ilusión ir, mejor escoge un día entre semana y a primera hora. O, mejor aún, visita alguno de los mercadillos más pequeños como el de Sant Joan los domingos. Tiene ese aire auténtico que uno espera, pero sin las multitudes.

3) Dalt Vila al mediodía

La ciudad amurallada de Ibiza es uno de esos lugares que hay que ver. Calles empedradas, vistas panorámicas, historia viva en cada rincón.

Pero en verano, recorrer Dalt Vila a pleno sol puede ser más una prueba de resistencia que una experiencia agradable. El calor rebota en la piedra, las pendientes son constantes y la sombra escasea.

Como sucede con muchos sitios turísticos de Ibiza, la belleza del lugar no siempre compensa la incomodidad de visitarlo en horas pico.

Además, durante el mediodía, gran parte de las tiendas y galerías están cerradas o funcionando a medio ritmo.

Un dato que muchos pasan por alto: la subida a la catedral, uno de los puntos más fotografiados del recinto, tiene más de 200 metros de empedrado irregular y cuesta arriba desde la entrada principal. 

Hacerlo bajo el sol de julio no es lo ideal, especialmente si vas con niños o personas mayores.

Lo mejor es ir al final de la tarde

No solo hace menos calor, sino que las vistas desde arriba con la luz dorada del atardecer son espectaculares. Y si te quedas un poco más, puedes cenar por la zona, cuando el ambiente baja de ritmo y todo se siente mucho más auténtico.

4) Café del Mar al atardecer

Este clásico de Sant Antoni suena perfecto: buena música chill, vista al mar y copas bajo el cielo naranja.

Pero, en pleno julio o agosto, el famoso escenario se convierte en un embudo humano. La fila para entrar rodea la terraza y, una vez dentro, los precios suben tanto como la marea de turistas, en su mayoría ingleses.

Como en otros sitios turísticos de Ibiza, el nombre pesa más que la experiencia. La promesa de un “sunset legendario” queda opacada por la falta de espacio y el ritmo acelerado del servicio. Muchos visitantes pasan más tiempo buscando un hueco, que disfrutar del momento.

Un detalle real: Café del Mar abrió sus puertas en 1980 y fue pionero en combinar música y atardeceres en Ibiza. Desde entonces, ha inspirado decenas de imitadores, pero también ha acumulado fama hasta volverse un destino masivo.

Un mejor plan

Cambia la hora o el lugar. Si no quieres esperar, llega antes de las 18:00. O busca bares más pequeños uno que me gusta mucho es Golden budha en Cala Salada o Cala Gració. Conservan esa vibra mágica al atardecer, pero sin sentir que estás en un concierto multitudinario.

5) Es Vedrà desde el mirador principal al atardecer

La vista desde el mirador era de las más espectaculares, no hay duda. El islote rocoso emergiendo del mar frente a la costa suroeste de Ibiza tiene algo hipnótico.

Pero si ibas en pleno verano, justo antes del atardecer, tenías que prepararte para compartir el momento con decenas (a veces cientos) de personas haciendo exactamente lo mismo. O incluso poniendo musica y bebiendo alcohol como si fuera una rave.

Como ocurre con varios sitios turísticos de Ibiza, el problema no es el lugar, sino la hora y la expectativa ... y la gente que a veces no entiende que hay un lugar para cada cosa.

Además todos quieren esa foto perfecta, y el mirador principal se llena de coches mal aparcados, drones zumbando en el aire y conversaciones que le quitan todo el misterio al paisaje.

Un dato que muchos desconocen: el acceso al mirador se ha cerrado desde la temporada 2024 debido al mal uso del espacio y por pedido de los propietareos del área (que sí, es privada).

Hay otras formas de ver Es Vedrà.

Desde un barco privado, en una excursión al atardecer o incluso desde calas cercanas como Cala d’Hort (si llegas temprano). La vista es igual de poderosa, y la experiencia mucho más tranquila.

6) El puente de piedra de Cala d’en Serra para fotos “secretas”

En redes sociales circula como uno de esos rincones escondidos de Ibiza...

Un viejo puente de piedra con el mar de fondo, rodeado de vegetación, que aparece en fotos con etiquetas como “lugar secreto” o “joya oculta”.

La realidad es otra. No es tan secreto, y mucho menos cómodo ni recomendable en pleno verano.

Este tipo de sitios turísticos de Ibiza ha ganado notoriedad no por su historia o valor, sino porque se ha vuelto “instagrameable”.

El acceso no está indicado, el camino es irregular y, una vez llegas, el puente en sí no tiene barandillas ni medidas de seguridad.

En verano, hay momentos en que se forma incluso una pequeña fila para tomarse una foto.

Lo curioso es que ese puente no fue construido como mirador ni forma parte de un sendero natural. Es una estructura abandonada de un complejo hotelero que nunca se terminó. No tiene ningún mantenimiento, y la zona no cuenta con señalización ni servicios.

Si decides ir, es bajo tu propia responsabilidad.

Rincones fotogénicos sin sobresaltos

Alternativas mucho más agradables son el faro de Moscarter, por ejemplo, o los acantilados de Cala Llentrisca al atardecer. Lugares donde no solo la imagen vale la pena, sino también la experiencia.

Antes de decidir a dónde ir, piensa en por qué estás viniendo

Ibiza tiene algo especial, eso ya lo sabes. Pero para descubrirlo de verdad, a veces toca ir un poco a contracorriente.

¿Qué estás buscando en este viaje?

¿Momentos tranquilos frente al mar, buena comida sin prisas, o tal vez reconectar con algo más simple y genuino?

Sea cual sea tu respuesta, es difícil encontrarla si vas directo a los lugares donde todos están haciendo lo mismo, al mismo tiempo.

Yo siempre digo que Ibiza no se deja ver de golpe. Hay que recorrerla con calma, elegir bien los horarios, y a veces, dejarse llevar por recomendaciones que no aparecen en los primeros resultados de búsqueda.

No hace falta “verlo todo”. Lo que realmente marca la diferencia son los momentos bien vividos, en los lugares adecuados para ti.

Así que antes de seguir sumando paradas, tal vez conviene afinar el criterio. No se trata de evitar por evitar, sino de saber elegir con intención.

Porque al final, no es la cantidad de fotos lo que define un buen viaje, sino cómo te sentiste en cada lugar. Y eso rara vez lo encuentras en los sitios turísticos de Ibiza.