Si hay una imagen que define el verano en Ibiza, es la de un sol radiante, el sonido de las olas y una mesa con vistas al Mediterráneo. Pero la experiencia se eleva a otro nivel cuando puedes sentir la arena bajo tus pies.
Los chiringuitos para comer con los pies en la arena son como el corazón de la vida ibicenca, lugares donde el tiempo se detiene y la calidad se encuentra en los detalles.
En esos chiringuitos encontrarás a la vez la sencillez de un buen producto y el ambiente elegante pero a la vez auténtico que solo la isla sabe ofrecer.
En un mar de opciones, es fácil perderse y terminar en un lugar ruidoso y masificado. Por eso, he preparado una selección de mis chiringuitos favoritos. Los que solo comparto con amigos.
Prepárate para descubrir espacios donde la cocina mediterránea se disfruta de forma relajada y en entornos que conservan la magia de la Ibiza de siempre.
1) El Chiringuito – Es Cavallet
Ubicado en una de las playas más bonitas del sur de la isla, El Chiringuito se ha ganado su lugar como favorito entre locales y viajeros que buscan una experiencia relajada, con buen gusto y sin pretensiones.
El ambiente es elegante, pero descontracturado, con música suave, mesas amplias y un servicio que funciona como reloj.
Aquí, la carta combina producto local con recetas mediterráneas que no fallan: pescados frescos, arroces, ensaladas bien pensadas y cócteles que invitan a alargar la sobremesa.
Es el sitio perfecto si buscas chiringuitos para comer mirando de frente al mar y sin renunciar a la calidad en los detalles.
Aunque puede llenarse en temporada alta, el ritmo nunca se siente acelerado. Ideal para ir en pareja, con amigos o incluso con niños (el servicio es muy family-friendly).

2) Chiringuito Pou des Lleó – Cala Pou des Lleó
Chiringuitos para comer con los pies en la arena hay pocos tan auténticamente ligados al entorno como este. Pou des Lleó es una cala pequeña y tranquila, famosa por su ambiente íntimo, rodeada de casetas de pescadores y aguas tan claras que invitan a nadar y hacer snorkel.
La playa mide poco más de 60 metros de largo por unos 10 de ancho, lo que la convierte en una de las más recogidas de Ibiza, y sin embargo, conserva ese encanto de puerto pesquero que la hace memorable.
Aquí, el chiringuito no compite con grandes estructuras ni música estridente. Al contrario: su presencia es discreta, pero valiosa.
Ofrece tapas, pescado fresco, hamburguesas sencillas y cócteles, todo en formato descalzo y en comunión con la arena—esa es la experiencia real de comer en un chiringuito para comer con los pies en la arena.
3) Restaurante Can Pujol: tradición marina frente al Mediterráneo
Si buscas comer con los pies en la arena, pero con un toque de historia y autenticidad ibicenca, Can Pujol es una joya que merece atención.
Ubicado en Sant Antoni de Portmany, este restaurante fundado en 1980 combina la sencillez de lo auténtico con la comodidad de una experiencia bien asentada.
Su carta rinde homenaje al mar: pescados y mariscos fresquísimos, arroces tradicionales y el icónico bullit de peix con arroz a banda son los verdaderos protagonistas del Restaurante Can Pujol Ibiza. Todo está preparado con productos locales, reflejando el sabor del Mediterráneo con un respeto profundo por la tradición culinaria de la isla.
El entorno acompaña la experiencia: mesas en exterior con vistas al mar, esa luz dorada al atardecer y el sonido de las olas creándo un ambiente íntimo y relajado. Es ideal para quienes huyen de los beach clubs ruidosos pero desean estar cerca del agua sin renunciar a calidad, sabor y ubicación privilegiada
Tip local: Llegar con antelación no está de más, sobre todo en verano: el restaurante dispone de una amplia zona de parking, pero suele llenarse rápido, especialmente a mediodía y para cenar. Además, los días laborales suelen ser más tranquilos que los fines de semana, perfectos si buscas un momento más sosegado frente al mar.
4) Xiringuito de Cala Tarida: Una puesta de sol única
De todos los chiringuitos para comer con los pies en la arena, este destaca por una razón especial: la puesta de sol.
Aunque muchas playas de Ibiza son famosas por sus atardeceres, en Cala Tarida, el sol se oculta tras el horizonte de una forma única, creando una paleta de colores que se refleja en el agua tranquila.
Es un lugar con el foco puesto en la experiencia. La carta es sencilla, con opciones frescas y un servicio atento, pero el verdadero plato fuerte llega al final del día cuando el cielo y el mar se funden en una danza de naranjas, rosas y púrpuras.
El ambiente es tranquilo y familiar. Ideal para quienes buscan un cierre de jornada memorable. Una cena relajada, un buen vino y el espectáculo natural más impresionante de la isla. Es el lugar perfecto para terminar un día de playa y empezar la noche de la mejor manera.
5) Vive Beach: más accesible y cerca del centro
En la zona de Es Viver, junto a la playa de ses Figueretes, se encuentra Vive Beach, un chiringuito que combina ambiente relajado con la comodidad de estar muy cerca del centro de Ibiza ciudad. Es la elección ideal para quienes quieren saborear el mar sin alejarse demasiado.
El espacio ofrece un estilo moderno y acogedor, con tumbonas, música agradable y un servicio cercano que invita a quedarse más allá de la comida. Desde aquí, las vistas al Mediterráneo y la proximidad a la ciudad crean un equilibrio perfecto entre desconexión y accesibilidad.
En su carta encontrarás lo más típico, tostadas, bocadillos, hamburguesas y tapas, más español no hay.
Muchos lo destacan por sus buenos precios, el servicio y la calidad de los platos.
Chiringuitos para comer con los pies en la arena

Recorrer la isla a través de sus chiringuitos es una forma de conectar con la Ibiza más real.
Más allá de la comida o las vistas, estos lugares ofrecen una experiencia completa: el sonido de las olas, la brisa marina y la sensación de la arena bajo tus pies se combinan para crear momentos inolvidables.
Espero que esta guía te sirva para encontrar ese rincón especial que buscas. Y si me preguntas a mí, el mejor consejo es dejarse llevar.
A veces, los mejores descubrimientos no están en una lista, sino en el camino. Aléjate un poco de las rutas principales, explora las calas más pequeñas. Quién sabe, tal vez encuentres tu propio chiringuito secreto.
¿Cuál será el primero que visites?